domingo, 24 de enero de 2016

Confluencia de culturas, el reino de la convivencia

Me encanta que mis hijos tengan raíces en esta maravillosa ciudad que fué el encuentro de culturas musulmana, cristiana y judía; y que vivó su máximo esplendor cuando convivieron en paz y armonía.

La calle Arenillas, en la parroquia de San Pedro

Antes de salir a Córdoba, preguntamos a Puri por la dirección de la casa de sus padres, de su infancia. Y en el bus turístico descubrí una parada en la parroquia de San Pedro. Pregunté en el bar que estaba al lado de la pequeña iglesia y me indicaron el camino hasta llegar a la calle Arenillas. En un barrio auténtico cordobés de callejuelas blancas y estrechas, de farolillos y patios andaluces.




















Ya era de noche, pero como en ese año no hizo nada de frío, en la calle encontramos a un señor paseando y le pregunté si era de allí o conoció a Ángel León, el bisabuelo de mis hijos. Y casualidades de la vida porque este señor le compró la casa al padre de Puri y vivía allí, en el nº 5 de la Calle Arenillas.
Fue así como descubrimos la casa de la familia.

San Rafael

En el puente romano, cruzando el río Guadalquivir, encontramos la imagen del ángel custodio de la ciudad, San Rafael. Una imagen que unía a las dos familias. Por eso decidimos poner de nombre a nuestro hijo ADRIÁN RAFAEL

El viaje a Córdoba

Han pasado casi tres años desde la última vez que escribí en el blog. Es importante dejar reposar los grandes acontecimientos y los descubrimientos que vas haciendo en la vida.
Después de encontrar las raíces gallegas de mis hijos, decidí preparar el viaje a Córdoba, ciudad natal de su abuela Puri, de los bisabuelos y de toda esta rama familiar. Viajamos en la Navidad de 2015