Antes de salir a Córdoba, preguntamos a Puri por la dirección de la casa de sus padres, de su infancia. Y en el bus turístico descubrí una parada en la parroquia de San Pedro. Pregunté en el bar que estaba al lado de la pequeña iglesia y me indicaron el camino hasta llegar a la calle Arenillas. En un barrio auténtico cordobés de callejuelas blancas y estrechas, de farolillos y patios andaluces.
Ya era de noche, pero como en ese año no hizo nada de frío, en la calle encontramos a un señor paseando y le pregunté si era de allí o conoció a Ángel León, el bisabuelo de mis hijos. Y casualidades de la vida porque este señor le compró la casa al padre de Puri y vivía allí, en el nº 5 de la Calle Arenillas.
Fue así como descubrimos la casa de la familia.
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